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LA RAZÓN DOMINA LA OPINIÓN PÚBLICA. ¿TE CONTROLA TAMBIÉN A TI? Dedicado a dos grandes cantautores colombianos: Andres Cordoba y Darwin Grajales.Comentaristas y científicos, charlatanes y eruditos, discípulos y maestros, periodistas y gurúes, compositores y cantantes… todos tienen la razón.

QUIENES HABLAN MAL, DIFAMAN, COMENTAN O CRITICAN TIENEN TODA LA RAZÓN.

No hay ningún conflicto porque la razón sea de otros, pero hay un gran alivio e infinita felicidad al no querer tenerla.

Bla bla, bla bla, bla bla…  palabras y palabras, expresiones y dichos, publicaciones y comentarios,  denuncias y opiniones, comunicados e informes, artículos y libros…   la comunicación verbal está a la orden del día dentro de la especie humana. ¿Qué estaremos queriendo decir con tantas palabras? La red no alcanza para publicar todo lo que el humano quiere expresar;  detrás de cada cosa que comunicamos se manifiesta la intención oculta de querer  tener la razón y de querer afirmarnos en la razón que creemos tener.  Hasta la ciencia está plagada de este tipo de intenciones individualistas,  alojadas en científicos que necesitan demostrar algo en lo que creen, y lo hacen a través de “informes científicos” que elaboran de una manera tan metódica y profesional, ocultando su intención detrás de la supuesta objetividad de la ciencia. En el fondo la mayoría de científicos quieren demostrar algo en lo que creen tener razón, y para ello necesitan pruebas. Por tanto todas las pruebas que consiguen están en alguna medida manipuladas por su intención de fondo.

¿Estaré en este acto  cuestionando y relativizando a la ciencia? No solo eso, estoy además poniendo en tela de juicio todo lo que se dice y escribe. Quiero adentrarme en las intenciones de la razón,  ir más allá de lo que se expresa.  Vamos a meternos en la trastienda de la razón y del hecho que los humanos seamos seres racionales. La intención de fondo que guía mis palabras en este post es el desmoronamiento de la razón para preparar el camino hacia el encuentro con la irracionalidad del misterio.

COMPRENDIENDO LA NATURALEZA INTERNA DE LA RAZÓN

En un proceso de evolución interior, en el que la consciencia comienza a despertarse nos podemos llegar a dar cuenta de la ilusión de la objetividad. Es tremendamente decepcionante para la mayoría de personas llegar a darse cuenta que lo que consideramos “verdad” para nosotros mismos, es realmente una mentira para otros.  Los humanos queremos hacer que una verdad parcial e individual se convierta en una VERDAD universal.  La mala noticia es que mi verdad no es verdad, que tu verdad no es la verdad.  Esto duele ¿verdad?, no, para mi es mentira, porque a mí no me duele.

La razón que uno cree tener no se puede ceder a otros, es una propiedad privada e intransferible. Es una creación propia basada en uno mismo y para uno mismo.

La palabra RAZÓN proviene del latín RATIO, que significa calcular. Cuando se tiene la razón es porque se ha calculado muy bien las conclusiones a las que se ha llegado de modo que sean coherentes con lo que creemos y pensamos. “Razonar” es reflexionar para crear algún pensamiento acerca de algo o alguien. Según el diccionario, es la base para poder emitir juicios.  Las evidencias exigen un veredicto, pero lo que se llama “evidencia” en realidad solo es evidente para el que lo percibe de esa manera. Pero como él lo ve tan claro, quiere que los demás también lo vean de la misma manera.

“Tener razón” significa considerar solo y exclusivamente las apreciaciones y percepciones propias para sacar una conclusión. OBCECACIÓN es ceguera mental, es un sinónimo de tener la razón. Es como no querer ver otros puntos de vista, ensimismarse en las propias creencias o conclusiones a las que se ha llegado.

Se requiere mucho esfuerzo para llegar a tener la razón, se precisa mucha dedicación, intelectualidad y argumentos para tenerla; y es muy desgastante luego tener que mantenerla porque la mente es muy celosa de la propia razón.  Para sostener la razón hace falta elocuencia y perseverancia.  Para mí es un gran alivio otorgarla, aceptar que otros la tienen, sobre todo si se trata de afirmaciones que se hacen en mi contra. No puedo ni quiero gastar energía en defenderme ni atacar a quienes me atacan porque respeto la razón de otros, porque cada uno es dueño de seleccionar las ideas que quiera para llegar a las conclusiones que necesite. Todo es relativo, incluso la razón; no hay nada de objetividad en la razón sino que es pura subjetividad, es como mirar solo en una dirección negando otras direcciones. Tener la razón lleva inevitablemente a la “obcecación”, que es el extremismo que surge de la razón y en el que se producen acciones guiadas por el odio o la rabia.

Es cierto que continúan los ataques y amenazas hacia mí, hacia algunos de los lideres de este movimiento del que soy parte,  y de la organización que he fundado en las que utilizamos la Ayahuasca (entre otros enteógenos) como herramienta psicoterapéutica de sanación y de evolución interior, y no como planta sagrada ni como el centro ceremonial de ninguna agrupación cultural, tradicional, ancestral ni religiosa.

El motivo que yo he interpretado a los ataques es muy variado, a veces pienso que es  por el hecho fundamental de que nos hemos desmarcado del pasado para acceder a nuevas y originales opciones de exploración interna. Otras veces siento que los que atacan quisieran formar parte de esta organización pero no saben cómo decirlo. Otras veces, basado en algo que me dijo un chamán peruano,  percibo que hay un rechazo fundamental al hecho de que soy argentino. Y también he sido influenciado por otras personas muy inteligentes que me aseguran que es todo por una cuestión de intereses, o mejor dicho por una cuestión de dinero y conquista de mercado. En fin… hay muchas maneras de interpretarlo.  Todas son mis razones, no las tuyas. Son mis posibles verdades, pero no son la verdad.

Muchos líderes étnicos, representantes indígenas o jefes de algún que otro grupo chamánico quieren más lejos aún, incluso intentando demostrar muchas acusaciones acerca de mí repitiéndola una y otra vez como loros; y lo hacen a través de publicaciones de afirmaciones y difusiones masivas de comunicados creados por ellos mismos (incluso científicos que han caído en la trampa de la subjetividad) impregnados de datos no contrastados ni que puedan demostrarse fidedignamente con pruebas; me tratan como un presunto culpable pero no pueden llevarme a juicio ni condenarme, sólo pueden acusar, solo pueden arrojar piedras, aun así, si miramos dentro de ellos podremos apreciar que innegablemente TIENEN RAZON. Sencillamente porque lo dicen y escriben, si lo piensan es porque ya tienen razón. Así funciona la comunicación para muchas personas: “Si lo dice la televisión o si lo publican en Facebook es porque debe ser cierto” en este sentido las redes sociales, en las que se puede publicar casi cualquier cosa y captar adeptos para casi todo tipo de aficiones, hay gente que hace uso de este poder para atacar o intentar destruir a otros sobre la base de su propia RAZÓN. Las redes sociales son una manifestación de lo que nos ocurre a nivel personal, “SI YO LO PIENSO Y LO CREO, ENTONCES TENGO LA RAZÓN”.

¿Cómo no voy a dar y reconocer la razón a lo que otros dicen, si cada uno lo dice por alguna razón?  Cada ser humano tiene sus propias ideas e ideologías, tienen sus propios intereses y celos de que nadie se los perjudique, cada cual tiene su propia interpretación de lo que ven u oyen, cada persona es libre de sacar las conclusiones que quiera sobre otros en base a su propia escala de valores; el otro tiene sus razones para decir, opinar, criticar o juzgar… ¿Cuál es el problema de que eso sea así?  A mí no me molesta para nada, respeto la opinión de otros, incluso aunque esas opiniones traten de difamarme o ponerme en tela de juicio. Comprendo que por alguna o muchas razones lo dicen, y no es casual ni antojadizo.

A veces ocurre, que entrar en conflicto conmigo produce satisfacción, da protagonismo e incluso alguna cuota de poder.  Otras veces hablar mal es como hacer una gran confesión liberadora de quien lo dice. En otras ocasiones hay heridas o traumas del pasado que se activan ante algo o alguien que sin querer toca esos puntos dolorosos. Otras veces es porque defienden una causa y no admiten que se les cuestione; y en otros casos hay gente que elige el camino de la catarsis verbal para drenar tanta ira o agresividad que llevan dentro, lanzar acusaciones puede ser un acto sanador para quienes están tan llenos de rechazo interno, resentimiento u odio que no han sabido expresar en el momento oportuno, proyectar esa energía destructiva hacia fuera es como querer disiparla en muchos otros que están fuera. Cuando hay una gran temperatura interior hay que trasladarla al exterior. Cualquier sea la razón para querer tenerla y cualquiera sea la manera de expresarla, es propia de cada uno, y es parte del proceso de evolución de cada cual.

Un ejemplo concreto que lo vivo en mi propia vida:  dicen que soy un estafador, pero no hace falta demostrarlo, es tan obvio, lo reconozco ya que en un sentido lo soy para todos los que no comulgan con lo que digo y escribo, para todos aquellos que aunque me amenazan no pueden hacerme decir lo que ellos quieren oír. Una estafa es un delito que se puede demostrar objetivamente, pero si es una afirmación subjetiva que surge de una descalificación por motivos emocionales, religiosos, filosóficos o ideológicos, es obvio que esa acusación queda reducida a un insulto más. Toda denuncia infundada y sin pruebas reales proviene de una herida interna de quienes la hacen. Es de comprender.

Otro ejemplo: dicen que Darwin Grajales quiere abusar de niños, como si se hubiese vuelto un depravado sexual;  parece ser que un día este entrañable cantante colombiano dijo que quiere hacer el amor con niños, hombres y gente mayor , él mismo lo aclaró, que “hacer el amor” no es tener sexo, sino tener la experiencia de dar y recibir amor de todas las personas, niños y ancianos, amor no erótico, sino sentimental, basado en la aceptación y la gratitud hacia los otros por como son. Pero ¿Por qué se quiere interpretar esa afirmación de una manera enrevesada?  Somos miles los que conocemos a Darwin y sabemos muy bien lo que dijo y mucho más lo que hace, no tiene nada que ver con abusos sexuales. No necesitamos defenderle sino solo afirmar una vez más que quienes así lo interpretan lo harán por algo inherente a ellos mismos será.

AYAHUASQUEROS, YAGESEROS Y MAESTROS CURANDEROS ESTÁN SIENDO AUTOCUESTIONADOS POR SU PROPIA LENGUA. ¿Qué estará sucediendo en tantas personas que toman y toman ayahuasca pero ni cambian sus conductas destructivas ni dejan de criticar? ¿Porqué tantos referentes del mundo de la ayahuasca, que llevan décadas tomando esta medicina tan poderosa, aun no han podido sanar el juicio, la ira y el resentimiento? ¿Por qué un grupo de 100 supuestos científicos han firmado una carta asegurando mi peligrosidad en el uso de ayahuasca basados en un documento que proviene del chisme?  ¿Qué es lo que le está ocurriendo a tanta gente para que le salga lo peor de sí mismos en actos que ponen en tela de juicio su propia razón?

A todos ellos LES DOY LA RAZÓN, PORQUE ES DE ELLOS, NO QUIERO APROPIARME DE LO QUE NO ES MIO.

EN ESTE ACTO DE DARLE LA RAZON A TANTOS DIFAMADORES O GENTE QUE NECESITA DIVULGAR SU RAZÓN NO ESTOY DICIENDO QUE LO QUE DICEN ES VERDAD, SINO QUE LO QUE AFIRMAN ES “SU” VERDAD, UNA VERDAD CREADA A SU MEDIDA, PARA LO QUE ELLOS QUIEREN DEMOSTRARSE A SI MISMO.

Lamento dar esta noticia, que la objetividad no existe más que en aquellos seres despiertos o iluminados que acceden a la consciencia objetiva, pero el resto de los mortales somos pura subjetividad, incluso esto que estoy escribiendo ahora proviene de mi subjetividad, orientada evidentemente a desestabilizar la subjetividad de aquellos que están obsesionados en tener la razón.

Alberto José Varela

[email protected]

 

NO SOY ALBERTO JOSÉ VARELA PORQUE VIVO CUESTIONANDO AQUELLO QUE SOY.

NO CREO EN MI.

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Alberto José Varela

Alberto José Varela

Fundador de empresas y organizaciones; creador de técnicas, métodos y escuelas; autor de varios libros. Estudiante autodidacta, investigador y conferencista internacional, con una experiencia de más de 40 años en la gestión organizacional y los RRHH. Actualmente crece su influencia en el ámbito motivacional, terapéutico y espiritual a raíz del mensaje evolutivo que transmite.

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